El mejor asiento de la casa: 18 lecciones de oro de un padre a su hijo

Éxito de ventas de USA Today

¡Ahora disponible en papel comercial! Jack Nicklaus II comparte historias, ideas y lecciones que aprendió de su padre, el “Oso Dorado”, que deleitarán a los fanáticos del golf de todas las edades, alentarán a los padres e inspirarán a los lectores a concentrarse en lo que es más importante en la vida: la familia.

Best Seat in the House, escrito con el autor superventas del New York Times, Don Yaeger, nos ofrece dieciocho valiosas lecciones que Jack Nicklaus II aprendió de su padre, el campeón de la PGA Jack Nicklaus. Aunque el “Oso de Oro”, como lo conocen los fanáticos, es ampliamente considerado como el mejor golfista de todos los tiempos, con un número récord de campeonatos importantes de la PGA, su vida y valores muestran que el verdadero legado perdura a través de sus hijos, nietos, y otros a los que tenemos la bendición de llamar familiares y amigos.

Por primera vez, el público tiene la oportunidad de ver lo que hizo de Jack Nicklaus un éxito fuera de curso, incluyendo

cómo él y su esposa, Bárbara, formaron más de cincuenta años de matrimonio, entendiendo que ambos tenían que dar de sí mismos “al menos el 95 por ciento del tiempo”
la importancia de tener fronteras y límites en los que todos en la familia estén de acuerdo
cómo Nicklaus le enseñó a su hijo Jack, quien trabajó como su caddie durante varios años, a valorar a sus competidores y tratarlos como él espera que lo traten
la necesidad de estar conectados con lo que dejaremos atrás: nuestros legados
Un día de junio, Jack Nicklaus II acababa de completar su segunda ronda en un torneo de la Asociación de Golf Junior del Condado de Palm Beach y estaba sentado en la mesa del anotador, firmando su tarjeta de puntuación, cuando alguien le dijo que su padre estaba al teléfono. Estaba un poco frustrado porque no quería que lo molestaran en un día tan importante, pero su papá quería saber cómo había jugado, así que Jack II pasó los siguientes veinte minutos detallando cada hoyo y cada golpe.

Después, su padre dijo: “Jackie, ¿te gustaría saber cómo le fue a tu papá hoy?”. Por supuesto que quería saber, y se sintió un poco culpable por no preguntar. “Bueno, acabo de ganar el US Open”. Era el Día del Padre de 1980, y ese día Jack II aprendió una valiosa lección que llevó consigo hasta la edad adulta: la familia es más importante que cualquier cosa en el mundo.